miércoles, 1 de junio de 2011


Tengo a mis pies el mundo, destruido por la traición y el desasosiego.
He de terminar el trabajo ahora, pues mi aliento escupe combustible, caigo al suelo mis brazos se fracturan, el proceso de cambio es horrible, la piel de mi espalda se quiebra,los huesos sobresalen.
Grito en la oscuridad, mientras el fuego cunde, mis cabellos y rostro se incineran. Mi alarido se convierte en un horrible clamor que cundirá por el océano, y lo escucharán los mortales.
En la unidad de la vida me despierto, y abro mis brazos para levantar vuelo, mientras de mi piel se desprende el fuego, y a cuyos pedazos en la superficie caen, creando caos en el silencio, pues ahora me toca emerger en la cumbre de la confusión.
Regreso ahora a la guerra...

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