martes, 2 de agosto de 2011



play it loud, so neighbors like Tesseract too


para ti fue un segundo de ingenuo coraje,
para mi fue toda mi vida para observar tu delirante belleza y libertad
y te he amado dentro mi prisión de cartas

El portal.
Está abierto.
He despertado.
De mi sueño de millones de muertes.
De mi prisión eterna de tinieblas, en el espacio, en la oscuridad.
He regresado, cuando el umbral dejó pasar las luces, reflejando mi deformado rostro, mis ojos vacíos en la podredumbre de mi aliento, mi boca exclama un ronco pesar después de una eternidad en la meditación de mi muerte.
Ha cesado la condena, que mantuvo mi imagen dispersa en el universo, sin que pueda encontrar mis raíces.
Ahora observo el sol, cuando sus brazos tibios rozan mi invisible cuerpo.
Trataré de sentir regocijo, porque seré útil, cuando el último sello sea abierto.
Cuando el portal deje que mis ojos sean abiertos.
Y pueda ver el mundo que debo destruir.
Cuando el séptimo ángel sople su trompeta tan fuerte que varios cuerpos celestes desaparecerán del firmamento.
La silueta azul, diáfana, certera, vendrá hacia mí, siguiendo su curso en el espacio. Me encontrará en su paso, absorberá mi imagen. Abriré mi hocico para regurgitar ácido sobre su atmósfera, las nubes blancas se teñirán de inmundicias, y lloverá excremento.
Las montañas se derrumbarán a mi paso, los mares se levantarán enardecidos, las ciudades se inundarán de sangre.
Los gritos de las bestias se enmudecerán, porque yo flotaré en el cielo provocando vendavales, mis garras abrirán la tierra despedazando la carne de la tierra, y su llanto no podrá ser oído por nadie que estuviera vivo.
Mi furia será fatal, ningún ser vivo conservará la piel sobre su cuerpo. Devoraré el corazón de las mujeres, beberé el cáliz de sus óvulos y fornicaré con las más jóvenes, inseminaré la nueva raza cuando esta tierra sea un yermo salvaje, cuando el cielo
cese su vómito de fuego.
Entonces, dominaré este reducto del universo, porque apenas empecé a nacer.

La humanidad.
Así se ha definido un estado de iluminación respecto a los otros animales de éste planeta.
Cuando defino qué es humanidad, apenas me delimito a unestado de existencia, donde el ser tiene que rodearsede objetos vanos, inútile s y prescindibles.
Los sentimientos son leves chispazos de que algo diferente sucede detrás de la cortina que definen como realidad, y que quizás los sueños son el camino hacia la verdad.
Qué es verdad, qué es realidad.
Puedo despertar ignorando el color de mis creaciones.
Las imágenes perduran en silencios amargos y estoy distraído tratando de averiguar por qué no puedo ser indiferente a los mensajes del otro mundo.
Soñé que había vuelto a ese lugar de donde he venido.
Suceden cosas extrañas, siempre vinculadas con el viaje y el conocimiento que estoy adquiriendo. Existen personas que no conozco, pero sus presencias son familiares, podría creer que pertenecen a mi vida.
Ahora más que nunca estoy confundido, porque cuando trato de aferrarme a la superficie de ésta tierra es cuando menos me siento identificado, y los defectos de la humanidad que me han asignado vivir, son evidentes, oscuros e hirientes.
A veces trato de pensar si la muerte me llevaría de regreso y me libraría del letargo insufrible de ser uno más en la multitud.
Qué cobarde sería si renuncio al reto, y las personas que me quieren, se quedan al otro lado, esperando conocer la razón por la cual he perdido el contacto con mi propia identidad.

El cielo… A veces tan cercano y tan familiar, alberga mi verdadero hogar entre sus incógnitas, quiero creerlo, quisiera encontrarlo.
Cada mañana me levantaré pensando que todos los días son iguales y tal vez sepa que voy a vivir en el incesante proceso del presente, aunque todos los minutos que pasan y parecen depender de mi voluntad, son mentiras, porque la voluntad pertenece a una fuerza mucho más grande, que no está en este mundo.
En esos momentos pienso en Dios y en todo lo que representa.
Quiero encontrar sus palabras en la lluvia que cae, quiero deshacerme de mis miedos con la misma facilidad que tengo de olvidar ciertos sentimientos.
He perdido varias esperanzas hoy día, debe ser porque no tengo mucha compasión por los errores humanos, en el fondo porque me afectan a mí, y a veces olvido que tengo la fuerza para deshacerme de ellos.
Destino, eternidad, infinito.
No sé en cuál de ellos estoy yo.

Cuando los soldados llegaron, La Bestia no existía. Todos estaban preocupados por terminar la guerra interna, ya no querían odiarse entre sí, y odiaron a los soldados de las Naciones Unidas, la coalición de paz eran disfrazados. Sus peones invadieron, violaron y humillaron a nuestras mujeres. La respuesta no tardó en llegar, las primeras noticias no pudieron esconder lo que estaba pasando, pero no se sabía quién lo hacía.
Los cadaveres no cesaban de llegar.