jueves, 23 de junio de 2011

los misterios del templo


Los amaba tanto como podía soportarlo. Dio gracias al bendito aire que respiraba, escuchaba sus voces en los briosos roces con los tréboles, silbando canciones de milenios, los K´alathud, ellos les enseñaron, eran secretos de los primeros ancianos, ellos que no conocieron a los antepasados, porque se fueron antes, dejaron sus bibliotecas con un códice absoluto, matemático, complejo, un cuadro de siete letras en un tablero de sesenta y cuatro caracteres, una sola clave para los cálculos. Tenían el nombre de la Diosa en varios significados, sus usos eran variados para acceder a los secretos del universo. Los ancianos enseñaron a los habitantes de la superficie a usar los misterios generando una existencia vigorosa, abundante y plena. Por ello que seguían estudiando en los profundos interiores de K´alathud, entregados a la eternidad, sin carne, sin sentimientos.

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