lunes, 26 de noviembre de 2012


he percibido tu invasión en mi cuerpo, has rasgado mis intestinos, cruel has alcanzado el cielo primero, las luces se hicieron llamas, el cielo en la noche cae como lluvia de alquitran, y enturbió el lago ahogandose cubierto por lamentos, abrazado por fango de raíces nutritivas, las tinieblas sacramentan mi expansión me alimento de los brotes mas jugosos, mis ojos están abiertos, no necesito preservar el cordón primario, es insuficiente...


 mi tiempo no figura, cae el sacrilegio, manto de los miserables, entiendo a tu anciano padre, hablas sin remordimiento el crudo interior de tu estómago vacío... asienta la tierra, hablo con la brisa mientras me alimento del barro elemental, aspiro sus sales, fluye en mi el cobre y el litio de mi sangre el cobre y el litio serán míos descubriré con las manos mis frutos, el hielo de su abundante lindero, para mis hijos, y los que vendrán...