sábado, 14 de mayo de 2011

EL BANQUETE


El cielo se abría una vez al finalizar cada duodécimo zodiaco. Y entraban todos a adorar a Inti. Aun los súbditos más humildes. Tres lunas de regocijos. Los banquetes eran de proporciones inconmensurables.
Presidía el Cóndor Mallku.
Cuando preparaba su viaje al cielo, se le presentó un personaje insólito, Atuq el zorro.
–Oh, Poderoso!, le dijo, acepta este corderito que lo he escogido para ti, entre los mejores de aquí a cien topos a la redonda; pertenece a los rebaños del Collana Chacachi... Sírvete y llévame al cielo. Quiero comer los huesos que Inti arroje bajo la mesa.
Transcurrían las fiestas.
El zorro había encontrado ambiente familiar en la cocina... antes que los mayores haciendo uso de sus uñas, se comía lo mejor, y, luego, hacia el amor a todas las jóvenes.

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