martes, 7 de mayo de 2013

LA VENUS DE LAS TRES TETILLAS

Es cierto que la literatura de avanzada toca temas que al común de las personas "sensibiliza" alterando el orden normal de sus creencias, aquellas cargas infantiles atavicas que permanecen en el tiempo mientras el ser humano crece, se reproduce y muere, aceptando solo lo que ha recibido con miedo y el escepticismo que se configura como un falso intelectualismo, o una simulación de pragmatismo.
La diosa mujer así como la dominación del género femenino como una raza asusta a muchos, en particular a aquellos señores feudales que aplican el terror como método de control, la ficción toca temas que no son de aceptación pública, así como la existencia de una raza superior a la humana, que de alguna manera coordina y dirige nuestros actos y voluntad sin que esto afecte el libre albedrio.
Gonzalo Montero Lara y Dennis Morales Iriarte son viajeros interdimensionales, visionarios y atrevidos cosmocratores, han ido más lejos de lo que cualquier escritor tradicional ha osado por lo menos en este espacio cultural cerrado y mezquino llamado Cochabamba city. Al leer sus propuestas el ser tradicional puede sentir ira, rechazo, depresión y sentir el impulso de criticarlos hasta la exasperación, como una salida a la purga de sus represiones culturales y su educación trasgredida por los prejucios, esta reacción es normal y debe comprenderse dado el escaso circuito de difusión de las nuevas ideas y del apoyo de las instituciones.
Nuestro reto hoy es preparar a una nueva generación cultural para una transición obligatoria hacia el mercado libre de ideas, porque a pesar de que Cochabamba City siempre ha sido el semillero intelectual de Bolivia, en sus cavidades pernocta el monstruo de la mediocridad y el egoismo, muy escondido en camarillas que abusan de los medios agotando los recursos que ingentes brotan todos los días en esta pintoresca ciudad, alumbrando con novedades su oscuridad. Cosa que a  los ojos de los medios no es aprovechada como en Santa Cruz, ciudad que si goza de buena salud cultural y se nutre de todas las ideas nuevas y viejas explotando principalmente las novedades.
Por ello que la Venus de las Tres Tetillas deberá trasladar sus operaciones a la tierra oriental, que la espera con los brazos abiertos, dispuesta a enamorarla con pasión.
Así también la diosa de la otra dimensión, espera que sus creadores demuestren el ejemplo de amplitud y crecimiento en su tierra, que a duras penas pugna por abandonar los atavicos errores de la crianza tradicional. Por suerte los vientos traen difusores de vanguardia, y soplan en las copas de los árboles artisticos, enterrando a la generación de prejuicios arrimandose a desafíos acordes al presente.

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