Es
cierto que la literatura de avanzada toca temas que al común de las
personas "sensibiliza" alterando el orden normal de sus creencias,
aquellas cargas infantiles atavicas que permanecen en el tiempo mientras
el ser humano crece, se reproduce y muere, aceptando solo lo que ha
recibido con miedo y el escepticismo que se configura como un falso
intelectualismo, o una simulación de pragmatismo.
La diosa mujer así como la dominación del género femenino
como una raza asusta a muchos, en particular a aquellos señores feudales
que aplican el terror como método de control, la ficción toca temas que
no son de aceptación pública, así como la existencia de una raza
superior a la humana, que de alguna manera coordina y dirige nuestros
actos y voluntad sin que esto afecte el libre albedrio.
Gonzalo Montero Lara y Dennis Morales Iriarte son viajeros
interdimensionales, visionarios y atrevidos cosmocratores, han ido más
lejos de lo que cualquier escritor tradicional ha osado por lo menos en
este espacio cultural cerrado y mezquino llamado Cochabamba city. Al
leer sus propuestas el ser tradicional puede sentir ira, rechazo,
depresión y sentir el impulso de criticarlos hasta la exasperación, como
una salida a la purga de sus represiones culturales y su educación
trasgredida por los prejucios, esta reacción es normal y debe
comprenderse dado el escaso circuito de difusión de las nuevas ideas y
del apoyo de las instituciones.
Nuestro reto hoy es preparar a una nueva generación cultural
para una transición obligatoria hacia el mercado libre de ideas, porque a
pesar de que Cochabamba City siempre ha sido el semillero intelectual
de Bolivia, en sus cavidades pernocta el monstruo de la mediocridad y el
egoismo, muy escondido en camarillas que abusan de los medios agotando
los recursos que ingentes brotan todos los días en esta pintoresca
ciudad, alumbrando con novedades su oscuridad. Cosa que a los ojos de
los medios no es aprovechada como en Santa Cruz, ciudad que si goza de
buena salud cultural y se nutre de todas las ideas nuevas y viejas
explotando principalmente las novedades.
Por ello que la Venus de las Tres Tetillas deberá trasladar
sus operaciones a la tierra oriental, que la espera con los brazos
abiertos, dispuesta a enamorarla con pasión.
Así también
la diosa de la otra dimensión, espera que sus creadores demuestren el
ejemplo de amplitud y crecimiento en su tierra, que a duras penas pugna
por abandonar los atavicos errores de la crianza tradicional. Por suerte
los vientos traen difusores de vanguardia, y soplan en las copas de los
árboles artisticos, enterrando a la generación de prejuicios
arrimandose a desafíos acordes al presente.
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